Las pallozas de o Cebreiro y el Museo etnográfico
Las pallozas de o Cebreiro y el Museo etnográfico son parte del atractivo cultural de Piedrafita que anualmente convoca a locales y turistas, ya sea para conocer su historia o como punto de partida para la peregrinación del Camino de Santiago.
El Museo etnográfico
En la actualidad, se conoce a este museo como uno de los principales iconos turísticos de O Cebreiro, gracias a que en él se exhiben piezas historias de gran antigüedad que se han preservado a través de los años, incluso su estructura en sí tiene valor histórico.
Este conjunto que aloja al museo dispone de un aproximado de 300 metros cuadrados y ofrece a sus visitantes la posibilidad de conocer el interior de las pallozas dotadas con objetos típicos del lugar y de la época en que la aldea era habitada en la montaña por este tipo de viviendas.
Básicamente, el sitio fue convertido en una especie de casa-museo, ya que para elaborarlo solo se restauraron las estructuras existentes que alguna vez fueron hogar de las familias de Cebreiro.
El lugar se considera la puerta de entrada al norte de Galicia y el punto de partida perfecto para los peregrinos que realizan anualmente su viaje a través del Camino de Santiago. Además, es considerado como una frontera natural entre Galicia y León, por lo que ofrece maravillosas vistas de ambas localidades y paisajes helados con gran belleza.
En este casco local histórico de la aldea se ubica parte importante del camino de peregrinación a Santiago, por lo que es considerado como un lugar de interés cultural y relevancia internacional.
Este museo está ubicado en las cercanías del santuario mariano y jacobeo de Santa María de o Cebreiro, cuya antigüedad data del siglo X y actualmente conserva su valor histórico y religioso.
Instalaciones del conjunto o museo etnográfico
Tal como se mencionó antes, este museo abarca un terreno de aproximadamente 300 metros cuadrados y dispone de varias estructuras que en conjunto dan vida al lugar.
De las 4 pallozas que conforman el museo, 3 han sido convertidas en cámaras muséicas, estas llevan por nombre Xan López, Quico y de galán, donde se exhiben escenas de la vida en la montaña.
Por otro lado, la palloza que no se convirtió en exhibición sirve como almacén para los tesoros históricos que no se exhiben en el momento, implementos en reparación y otros artículos, su nombre es Campelo.
Las pallozas
Estas edificaciones arquitectónicas son básicamente casas rústicas elaboradas de forma ovalada o circular, con muros bajos, techos de paja, roca y otros materiales habituales en la zona.
Se trata de viviendas de una sola planta que tenían como objetivo preservar el calor durante las estaciones de invierno, en donde se cubre de blanco el lugar, haciendo necesario afrontar las heladas temperaturas del paisaje.
La idea era contar con muros bajos que conservaran el calor y techos de paja muy tupidos, capaces de soportar el peso de la nieve y la fuerza del viento.
Quienes hacían vida allí, se dedicaban básicamente al cultivo rural de la tierra y los animales. Sin embargo, con el tiempo estas actividades fueron mermando por lo duro del clima y la precariedad de las condiciones.
Los artículos que se exhiben dentro de las pallozas forman parte de la vida tradicional de quienes habitaban la montaña lucense como muebles, textiles, equipo de ganadería, utensilios de cocina y más.
Aun hoy se conservan las pallozas originales, donde los pobladores de la aldea vivían, pero muchas de ellas han sido restauradas para preservarlas como parte del museo etnográfico. De las demás estructuras pueden apreciarse solo ruinas, aunque de igual forma aportan valor histórico al lugar.